PRIORIDADES.

PRIORIDADES.

Zoé Valdés.

Para algunas personas las prioridades de las que debemos ocuparnos en relación a Cuba son estrictamente económicas, para otras son exclusivamente políticas. Yo soy de las que piensa que ambas deben de tener carácter primordial. Aunque debido a las circunstancias históricas en las que nos hemos visto hundidos durante cincuenta años le doy mayor importancia a la segunda. La explicación es la siguiente: una Cuba sin los Castro, quienes han sido su lastre mayor, una Cuba en democracia, crecerá en todos los sentidos, e indudablemente desde el punto de vista económico los cambios serán radicales. No se puede estar peor de lo que está Cuba hoy en día.

Hará pocos días que leí un título en un periódico que me molestó enormemente por la confusión que conllevaba implícita, decía: “De Gorki a Gustav”. Si el periodista quería lograr un cierto efectismo lo consiguió, pero no pasa de eso, de una pirueta gramatical. La realidad es otra. El caso Gorki Águila y Porno para Ricardo ha sido un caso único en la historia política y cultural de nuestro país, como lo fue el caso Heberto Padilla. Gustav es un ciclón más, de categoría cuatro, que ha destruido buena parte de zonas pobladas de la isla. Otros ciclones han pasado, con igual intensidad, y han destruido zonas despobladas, pero de igual interés económico, y nadie se ha pronunciado con tanta preocupación como se ha hecho recientemente.

Comparar un ciclón y sus consecuencias con un artista contestatario a punto de ser juzgado por una de las dictaduras más feroces del planeta, sin ningún tipo de protección nacional y mucho menos internacional al inicio, después la hubo de sobra, me parece cuando menos desafortunado, y estúpido.

Pero se ha hecho. Y los que lo han hecho no lo hicieron de manera inocente, algunos no quisieron adherirse a la defensa de Gorki Águila, sus razones tendrán, y siguieron veraneando tranquila y jocosamente. La causa política y artística de Gorki Águila no los rozó ni con un pétalo. Pero vuelvo y señalo que Gorki no es Gustav, que la fuerza de Gorki ha sido exclusiva y tendrá continuidad con su obra y con su grupo, Gustav pasará y nadie se acordará de él, salvo los pobres que han perdido todo, el impacto no es desdeñable. La profundidad social, política y cultural de Gorki Águila no se la quieran endilgar, por favor, a un ciclón; aún cuando metafóricamente pudiera usarse, todos asistimos y leímos las entrevistas de Gorki en la prensa, no es una persona impetuosa, fuimos testigo de una persona serena, cabal en sus principios, y valiente; tal vez algunos se esperaban ver a un loco, a un desalmado, nada de eso.

Entonces, vuelvo a los inmunes ante la causa Gorki: al regreso de las vacaciones les cayó un milagro en el cerebro, Gustav, enseguida echaron mano al huracán para emprender nuevamente sus campañitas de a tres por quilo, o su campaña a secas. No hay como un buen ciclón para una campaña política. Es por eso que no me extrañó que el senador Barack Obama, en la carrera a las presidenciales de los Estados Unidos se pronunciara a favor de una moratoria para “ayudar al pueblo cubano”. Sin embargo, me digo, el mismo ciclón pasó por Haití y por Santo Domingo, devastó igual o peor, en estos momentos Haití está sufriendo el ataque de un segundo fenómeno atmosférico, y a nadie se le ocurre ayudar a Haití, y mucho menos se le ocurre a Obama, aún siendo negro, que debería contar con los inmigrantes haitianos naturalizados que votan, y de la misma manera, con los dominicanos. No, a él sólo le preocuparon los cubanos, ¡cómo nos quiere Obama, qué cariñoso es con los cubanos!

Yo estoy a favor de las ayudas, siempre he dado, y sigo dando, a mi familia. Envío medicamentos a Cuba porque si no los enviara a las personas enfermas de mi familia no podría vivir tranquila, y desde luego que envío cualquier tipo de ayuda a esa familia que es la mía. Lo hago con los ojos cerrados, aunque no crean que no me repatea el hígado que deba seguir cubriendo las necesidades que debería asumir esa “gran potencia médica” que según Michael Moore, y otros, es la Cuba castrista.

Después de los primeros sondeos acerca de Gustav y las destrucciones que produjo, después de ver imágenes espantosas en la televisión de desolación, se me hizo un nudo en el pecho; sobre todo cuando vi a un campesino, en la pobreza más total, exigiéndole al gobierno que solucionara el asunto, en su rostro había pesadumbre y dolor, pero también rebeldía; entonces volví a la computadora. Ya tenía una carta de Miriam Leyva esperándome en el buzón, ex Dama de Blanco devenida periodista independiente, o ya lo era y yo me entero tarde. Miriam Leyva pedía ayuda y movilización internacional, debíamos iniciar una campaña de apoyo a los cubanos debido a los daños causados por un ciclón. Ese mensaje habría sido más efectivo si hubiera venido acompañado de una o varias cartas exigiéndole a la dictadura castrista que se ocupara de una vez y por todas de lo que no se han ocupado jamás, de los estragos dejados por un ciclón, lo que es de la estricta competencia de un gobierno para con su país, del hambre y de la miseria. Yo no vi esa carta por ningún lado. O sea, lo que no soluciona el castrismo y sus cincuenta años de comunismo tenemos que solucionarlo nosotros desde nuestros blogs, y malgastar nuestro esfuerzo y nuestras estrategias en algo que desafortunadamente no tiene solución. Porque Miriam Leyva sabe y todo el mundo con ella, que enviar ayudas a Cuba es inútil, arar en el mar daría mayores resultados. Esas ayudas dentro de unas pocas semanas, sino días, las verán los cubanos de la isla en los estantes de las tiendas en dólares a precios inalcanzables, es archiconocido que incluso ni siquiera le quitan a los medicamentos la etiqueta de “donación” a la hora de venderlos en las farmacias estatales en divisas. Entonces, perdón, no creo para nada en esa campaña de ayuda, y tampoco en una moratoria que sirva para que Omaba gane las elecciones y empiece a darse la lengua con los asesinos castristas. Pero tampoco condeno ninguna iniciativa venida de un blog amigo, o de donde vengan, siempre teniendo en cuenta las posiciones de sus autores, intachables en relación a los derechos humanos. Pero con lo que no puedo es con los farsantes y con los oportunistas que desde dentro y desde el exilio usurpan la verdad a los cubanos para apropiarse de pequeñas batallitas que sólo nos dividen y perjudican en nuestra intención de luchar por los derechos humanos. Pasar de Gorki a Gustav me parece inoportuno e insensato, con todos mis respetos, y no debemos caer en esa trampa; porque el caso Gorki no se ha terminado aún y debemos seguir a su lado, y luego, porque aquellos que se proponen desviar la atención de un asunto hacia otro, como ha sido el caso de algunos comentarios dejados en el blog de Penúltimos días, aún cuando este blog dedicó no uno, varios posts al huracán, en medio incluso del caso Gorki, me parece absolutamente manipulador con intenciones claras, aún más, cuando uno de los comentarios, el primero, apela a nuestro dolor ante el devastador acontecimiento geográfico y añade que Gorki ya ha pasado de actualidad, eso sin contar que lo escribe en un post que revela audios de la golpiza del concierto y la entrevista al padre del artista, Luis Águila, por los esbirros de la televisión cubana; en lugar de escribir ese comentario en uno de los posts anteriores dedicados al huracán. Resulta más que evidente que los que volvieron de las vacaciones tardíamente andan poniéndose las pilas. Yo estuve de vacaciones, nadie se enteró, porque postee como el que más, dada la urgencia política y social de este grupo de rock acosado por la policía castrista desde hace años. No olvidemos que su líder ya había pasado dos años en la cárcel por cargos falsamente imputados. Gorki Águila jamás ha rehuido a dar explicaciones sobre aquella condena, y lo ha hecho abiertamente. O sea, que no caigamos en las desviaciones que desde hace cincuenta años nos impone el castrismo y sus seguidores, o sus tontos útiles. Yo he pasado por eso, he caído en esas trampas, y también serví como tonta útil, por eso con mucho respeto prevengo de que tenemos que seguir alertas y unidos.

Guillermo Cabrera Infante siempre me dijo que él no firmaba cartas, porque a la larga siempre se le revertía en contra, y porque después la avalancha de cartas no paraba, desvirtuando algunas los valores de las más importantes. No quiere esto decir que haya cartas o documentos sin importancia, todos lo tienen siempre que sean dirigidas en contra de la dictadura y a favor del pueblo cubano, pero hay diferencias esenciales entre unos y otros. Supongo que nadie pondrá en duda, el anticastrismo de Guillermo Cabrera Infante y su lucha permanente por la libertad desde el exilio. Yo apoyo todas las iniciativas, en algunas estampo mi firma en otras no, espero que sepan entender mi elección, palabra clave. Pero no puedo apoyar una moratoria a la que adhieran firmantes de última hora, a los que jamás hemos visto en el caso Gorki Águila, y cuyo juego malsano a su favor, siempre a su «propio» favor, se nota a distancia. Si Gustav, el ciclón ha tenido consecuencias graves para los cubanos, la libertad de Gorki Águila, su resistencia, su dignidad, y esta pequeña batalla ganada de su libertad, en gran parte ganada por la campaña internacional lanzada desde Penúltimos días a la que se sumaron todos los blogs cubanos y no cubanos, ha sido un ejercicio ejemplar de unión y de democracia, no lo olvidemos. El artista Miguel Bosé me envió un email donde dice que de este modo sí que da gusto apoyar la causa cubana, cuando hay unión, cuando hay un verdadero luchador por el arte, por la música, pero sobre todo por la libertad, como ha sido Gorki Águila, y no un “inspirado” más, que luego desaparece o se retracta.

Quiero dejar claro, que respeto mucho el trabajo que hacen los blogueros cubanos y sus decisiones, como es el caso del blog La primera palabra, que me disculpe Heriberto Hernández si en esta ocasión no puedo seguirlo por esta y otras razones.

Aunque, sin embargo, he reflexionado y creo que debemos ayudar a «ese pueblo», porque ese pueblo nos quiere, nos respeta, nos encontramos muy cerca de ellos, no sólo a proximidad física, también lo estamos, o lo están, los exiliados en Miami. Debemos apoyar a ese pueblo, porque somos unos cuantos en uno solo, en el Caribe, y deberíamos pedirle a Obama que apoye también una moratoria en un sentido más amplio, y que las medidas de desprecio racial que los americanos han optado por imponer hacia esa gente tan valiente, que se ha levantado en múltiples ocasiones contra los dictadores, sean inmediatamente suprimidas. Me refiero, sin duda alguna, al pueblo haitiano. Y que se envíen ayudas a ese gran país que es Haití, que hizo no una, varias revoluciones, que no han sido reconocidas como se debiera. Le pido a los cubanos del exilio que sigamos ayudando a nuestro país, cada uno como lo crea conveniente, pero que también se solidaricen con la miseria en Haití y en Santo Domingo, y que por cada huracán que devaste nuestra isla y las islas vecinas pidamos a los americanos que envíen ayuda económica; aunque pienso, que incluso esa dizque solución no paliará el ansia de libertad de los haitianos, y que seguirán rebelándose en contra del tirano de turno.

Sobre el huracán Hanna que ahora azota Haití y Santo Domingo, y que ha dejado al menos 130 muertos, después de los 79 que dejó Gustav en Haití en el periódico El Mundo sólo por suscribción.

Quinientos cuerpos hallados en Haití después de la retirada de las aguas, según El País.